viernes, 25 de abril de 2008

En el anonimato


Salió de casa dispuesto a encontrarle. Estaba harto de leer, ver y escuchar obras firmadas por un tal Anónimo y, por ello, se echó a la calle.
Comenzó recorriendo plazas y calles de Madrid, con su aspecto de hombre refinado y solitario que acaba de encontrar el sentido de su existencia. Al ver que su esfuerzo no daba fruto decidió ampliar su búsqueda a cafés, tabernas y bares de la ciudad. Allí dónde iba realizaba las mismas preguntas y siempre era objeto de las mismas miradas de perplejidad, sólo que en distintos ojos cada vez.
Enseguida empezó a sentir que también él estaba siendo perseguido por alguien y, cuanto más insistente era su búsqueda, más fuerte era ese sentimiento.
Pasaron semanas, después meses e incluso años y todo continuaba igual. Él seguía y a él le seguían.
Nunca cesó aquella búsqueda. Nunca averiguó nada del misterioso autor. Tampoco se topó con aquel que seguía su rastro.
¿Por qué? Porque aquel hombre no hacía otra cosa que buscarse a sí mismo sin saber que jamás iba a encontrarse.

1 comentario:

flordesombra dijo...

me recuerdas a un escritor... pero ahora no caigo. De todas maneras, me ha gustado mucho. Aplausos!!