domingo, 30 de diciembre de 2007

Luna

Es la luna testigo de las maravillosas noches de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.


Saber que tenemos la luna en común me reconforta. Saber que la luna podría contarme tus más íntimos movimientos me devuelve a la ingravidez. Vago por un cúmulo de sensaciones: unas me acarician, otras se me clavan como astillas que el cariño que nunca me diste extrajo a mi corazón, ahora de madera.
Veo a la luna, reflejada en mis lágrimas, reírse de los amantes que nunca fuimos, que nunca seremos.
Pero la luna se marchará y con ella mis peores sentimientos. Me quedaré solo, tal vez feliz pero solo.
Pasaré el día como el artista que nunca fue artista en vida y en la noche más triste conoceré mi felicidad. Descubriré que añorarte me rasga el corazón en la noche, pero hace que no quiera que vuelva el día en el que no pueda recordarte.

Es la luna testigo de las maravillosas noches de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.


Luna ingrávida en un cúmulo de corazones y lágrimas que se ríen de solitarios artistas felices que rasgan los recuerdos de cúmulos de corazones, donde está la luna ingrávida y las lágrimas que se ríen de solitarios artistas felices que rasgan los recuerdos de cúmulos de corazones

Es la luna testigo de las maravillosas noches de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.


Me dijeron que en la cara oculta podría encontrarte a ti junto a mí, a mí junto a ti, a los dos siendo uno. También me contaron que nunca podré ver la cara oculta, la cara que oculta tu cara junto a la mía en una única expresión de eternidad. Me dijeron que nunca encontraría la felicidad. Maldita sea la cara que nunca veré, la de la luna y la tuya junto a la mía.

Es la luna testigo de las maravillosas noches de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.


Está entre mis planes ahogar la luna en el mar que me has regalado. El mar que mis lágrimas llena cada vez que la luna te devuelve a mis recuerdos. El día que ahogue la luna en mi mar, éste se secará y en la distancia que nos separa reposará la esfera inerte. Ese día podremos juntarnos en torno a ella y ver la cara que nos negaron ver en otro tiempo. Hasta entonces seguiré llenando mi mar para que algún día no sólo sea mío, para que algún día sea nuestro, seco pero nuestro.

Es la luna testigo de las maravillosas noches de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.


Una melodía fluye entre tu cuerpo y el mío. Escuchar sus notas bajo la luna es lo más cerca que podré estar de ti. Es la música que nace en la cara oculta y que, al pasar por el mar que nos separa, cobra toda la belleza que llega a mis oídos. Es como escuchar a la luna reflejada en tus ojos, o en el mar que nos separa.

Es la luna testigo de las maravillosas nochse de amor
de centenares de amantes pero no de las mías.

2 comentarios:

flordesombra dijo...

que bonito... clap-clap-clap
me emociona un poco ser la primera en poner un comment...
a ver si espabilas y escribes más, que quiero convertirme en una lectora tan asidua de tu blog como lo eres tú del mío.
Go, Jose, Go!!

flordesombra dijo...

ESCRIBEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! La práctica hace la perfección!! o>_< O